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martes, 16 de abril de 2013

¿Estamos demostrando que somos salvos?

Jesucristo murió por nosotros en la cruz del Calvario, aunque muchos no lo quieran aceptar y otros no lo crean. Lo dice la Biblia, que es la Palabra de Dios, y es lámpara a nuestros pies, y lumbrera a nuestro camino (Salmos 119:105).

Gracias a este trascendental hecho, podemos gozar de salvación y vida eterna, por gracia, por medio de la fe; y esto no de nosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-9).

El cristiano debe dar muestras visibles de que es salvo, pero, ¿Cómo se hace esto? Uno es salvo, y punto! Pues no. Cuando somos salvos, se tiene que notar, la gente que nos rodea debe ver a Cristo reflejado en nosotros: en nuestra conducta, pensamiento, sentimientos y emociones. Debemos hacerlo como Cristo, para poder seguir diciendo que somos cristianos. De esta forma, muchos de los que nos ven se harán conscientes de la necesidad de Cristo en sus vidas, querrán ser como nosotros, tener lo que tenemos en Cristo, querrán ser cristianos.

Debemos esforzarnos por mantener el gozo y la paz que transparentan a Cristo, para que sean visibles los frutos de nuestra salvación. Filipenses 2:12-18 nos presenta perfectamente la obra de nuestra salvación, que es cosa de Dios, y no de nosotros:
  • Es cosa de Dios, porque es Dios quien obra en nosotros el deseo de ser salvos y nos da la fuerza para hacer lo que le agrada,
  • Es cosa de Dios, porque es Dios quien le da continuidad a este proceso, 
  • Y es cosa de Dios, porque Dios mismo es la etapa final de nuestra salvación.
En lo único que nosotros participamos es en recibir el beneficio o regalo que Dios nos está ofreciendo. No es cosa de nosotros porque nosotros no podemos salvarnos a nosotros mismos, pero sí vivir vidas que muestren el poder salvífico del Dios que llamamos nuestro.

Entonces, ¿Qué debemos hacer para dar señales de que somos salvos? Debemos:
  • Obedecer a Dios con temor reverente,
  • Permitir que Dios ponga en nosotros el deseo de agradarle y nos fortalezca para hacerlo,
  • Dar un buen ejemplo cristiano, no dando motivos de crítica a los demás, viviendo sin críticas y sin murmuraciones una vida de servicio,
  • Llevando una vida limpia e intachable que nos haga ser luz en medio de la oscuridad, ya que vivimos en una sociedad moralmente torcida y espiritualmente perversa. Debemos vivir bajo las más altas normas de conducta, ser irreprensibles, sencillos, sin mancha, como luminares, portadores de la Luz de Cristo,
  • Aferrarnos a la Palabra de vida que es el ejemplo de Cristo, y trabajar hasta el agotamiento para ofrecerla a los demás como esperanza de vida en un mundo que perece espiritualmente,
Todo esto debemos hacerlo para que valga aún más el haber servido a Cristo, y para que al final podamos compartir el mismo gozo con otros hermanos cristianos.

Cristo es nuestro ejemplo de humildad y de obediencia. A tal obediencia estamos llamados. Ocuparnos en cumplir nuestro deber cristiano, es esforzarnos en demostrar los resultados de nuestra salvación.  Demostrar los resultados de nuestra salvación es, sola y simplemente, obedecer a Dios con temor reverente. Obedecer a Dios sólo se consigue permitiéndole que nos cambie, que nos transforme, que nos dé la fuerza necesaria para irradiar la luz de Cristo, como hijos que al final saldrán aprobados con el regalo de la vida eterna.

Dios le bendiga aún más!!!!!