La música cristiana es la música dedicada a Cristo, que alaba y exalta a Cristo, cuya motivación principal debe ser la fe cristiana, y que además, propone diversos estilos que el Espíritu Santo utiliza para realizar convencimiento.
La Biblia nos indica que alabar a Dios con instrumentos musicales y danzas le es agradable (salmos). Hay cantos bíblicos relacionados con sucesos específicos realizados por el pueblo de Dios (celebraciones) y con prodigios realizados por Dios (liberación de manos de enemigos).
La música cristiana ha alcanzado en la actualidad lugares de distinción, haciéndose merecedora de importantes premios (Grammy, Arpa, Sión, Casandra, etc.). Abarca gran diversidad de estilos y géneros musicales, además de un ritmo agradable que alegra nuestra alma y ha ayudado a alcanzar a más personas para Cristo, personas que de ninguna otra forma hubieran podido ser evangelizadas.
El aspecto deficiente o perjudicial es que algunas producciones no tienen una letra (contenido) basada e inspirada en la Palabra de Dios, sino desvirtuada de su objetivo correcto que es la evangelización y el enfoque en Cristo, para dirigir la atención al intérprete o al ser humano, robándole la gloria a Dios.
Debemos analizar la música que escuchamos, ya que el pueblo de Dios estará en la mira de Satanás como objetivo de destrucción hasta que Cristo venga o decida impedirlo definitivamente, en su estéril intento de hacerle la guerra, dañando o arrebatándole su obra maestra, que somos nosotros. Es importante saber quién nos canta y qué oímos, ya que bíblicamente la música ministra a nuestro espíritu y alma, y es una de las áreas donde más se evidencia la conspiración maligna contra Cristo y Su iglesia, sobre todo contra la juventud.
Esta vigilancia necesita la ayuda del Espíritu Santo, para que nuestros ministerios, congregaciones y familias no estén bajo la influencia de Satanás, disfrazado de cantante o música cristianos, ya que el objetivo y la razón de ser de la música cristiana es la alabanza y adoración a Dios, así como la evangelización.
En nuestras iglesias el ministerio de adoración debe estar probado y aprobado por Dios, para que las adoraciones suban de manera agradable al Trono de la Gracia, nos acerquen y conecten en espíritu con Dios y Su Espíritu, combatiendo a las tinieblas.
El cantante cristiano debe tener una íntima relación con el Espíritu Santo, para que la revelación que éste produce, lo lleve a crear una música que afecte el alma, mente y espíritu del oyente, produciendo un cambio mediante una letra bíblica, que cante al Señor y para el Señor, hable del señor, exalte al Señor y lo deje obrar.
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